Sí, amigos y amigas. La gente es gilipollas. Así de sencillo. Parece que nos tiramos más de veinte años de nuestra vida aprendiendo para luego no aplicar ese aprendizaje a absolutamente nada. Cojonudo.
Hoy tengo un mosqueo del 45, que ya se extiende desde el martes. Los detalles no importan.
Alguien me dijo una vez: "Desde que pienso que todo el mundo es gilipollas, soy mucho más feliz y me llevo muchas menos decepciones". Yo estoy ahora mismo en un dilema moral: o me aplico esa filosofía, o me vuelvo yo también gilipollas.
La verdad es que estoy muy tentado de dejarme llevar por la gilipollez universal y empezar a hacer lo que me salga del rabo a tiempo completo. En el peor de los casos mejoraría mi estilo de dibujo mientras paso algo de hambre.
O eso, o me vuelvo un cínico de la hostia (quiero decir, más de lo que ya soy) y trato de ser feliz en una mierda de curro que no me dice ni me aporta nada más que una pasta a final de mes. ¿opiniones?